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Ps. Catalina Munay Lopez

Violencia Psicológica en las Relaciones de Pareja


Hablar de violencia en las relaciones de pareja implica comprenderla desde desde tres ejes centrales: violencia física, violencia sexual y violencia psicológica.

La primera de ellas abarca todo tipo de agresiones físicas: patadas, empujones, golpes, estrangulamiento, zamarreos, entre otros. La segunda comprende cualquier acto indeseado y sin consentimiento que transgrede los derechos sexuales y/o reproductivos de la pareja; así como también forzarla a mantener acercamientos sexuales por miedo a las reacciones que el otro pueda tener si se niega. La violencia psicológica, por su parte, hace referencia a intimidaciones, amenazas, denigraciones, devaluaciones, desprecios, humillaciones tanto públicas como privadas, ridiculización de las necesidades del otro (a), chantaje afectivo, además de manipulaciones que incluyen amenazas y críticas que generan temor, culpa y/o vergüenza. En estos tres tipos de violencia es posible identificar que uno de los miembros hace uso de su poder para intimidar, amenazar o agredir al otro (a), reduciéndolo a la condición de objeto, controlándolo, dominándolo e impidiéndole hacer ejercicio de su autonomía.


La violencia psicológica en las relaciones de pareja no sólo se extiende a los matrimonios o convivientes, sino que también involucra a parejas de novios/pololos/andantes en la que existe una relación afectiva y sexual. En el imaginario colectivo suele estar la creencia de que el noviazgo es la etapa ideal en una relación, sin embargo, las parejas jóvenes también se enfrentan a situaciones con alta carga agresiva. En su mayoría, los actos violentos en la relación de pareja tienden a aumentar en frecuencia e intensidad con el paso del tiempo y a medida que avanza la relación. De la misma forma, este tipo de prácticas pueden comenzar a naturalizarse y observarse como parte constitutiva de la dinámica relacional.



Algunas prácticas que dan cuenta de la violencia psicológica:

  • Burlas, gritos o insultos

  • Humillaciones en público o en privado

  • Celos

  • “Ley del hielo”

  • No respetar opiniones ni límites

  • Falta de libertad para manifestar emociones, pensamientos y sentimientos

  • Prohibición de juntarse con amigos (as), conocidos (as) y/o familiares.

  • Agresión insospechada: Por medio de justificaciones vinculadas a actos de protección y buenas intenciones, los agresores (as) rodean de atenciones y cuidado a la pareja impidiéndole desarrollarse como personas autónomas que pueden hacer ejercicio de su libertad.

  • Control abusivo de un miembro de la pareja sobre el otro (a) mediante la vigilancia de sus actos. Ejemplo: Escuchar conversaciones privadas, revisión de celular o redes sociales sin consentimiento, solicitar fotografías, enviar ubicación o evidencias de con quién se encuentra el otro miembro de la pareja.


Es importante dejar de Normalizar estas prácticas con frases tales como “siempre han pasado estas cosas” o “no es para tanto”; Minimizarlas, restándole importancia y desconociendo sus efectos; Justificarlas por factores externos a la voluntad de quien agrede (consumo de alcohol, celos o impulsos); y Banalizarlas, ironizando o caricaturizando situaciones y/o actitudes que son altamente agresivas. La violencia psicológica no es sólo un acto puntual, más bien se trata de un proceso que se va instaurando y cronificando en el tiempo llegando a constituirse como un factor de riesgo. Por ello es importante detectarlo tempranamente y así prevenir su mantenimiento y secuelas.


Consecuencias negativas de violencia psicológica:


  • Disminución de autoestima y autoconcepto

  • Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva

  • Desesperanza

  • Disminución de la capacidad para concentrarse

  • Agitación o retraso psicomotor

  • Angustia

  • Ansiedad gran parte del tiempo

  • Crisis de pánico

  • Irritabilidad

  • Apatía

  • Fatiga

  • Alteraciones del sueño

  • Problemas en la alimentación

  • Consumo problemático de sustancias

  • Pérdida de relaciones sociales: tendencia al aislamiento




¿Reconoces alguna de estas prácticas en tu actual relación de pareja?

¿Has vivido alguna situación similar en alguna relación de pareja anterior?




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Referencias bibliográficas:


(1) Anacona, C. (2008). Prevalencia, factores de riesgo y problemáticas asociadas con la violencia en el noviazgo: una revisión de la literatura. Avances en psicología latinoamericana, 26(2), 242-251.


(2) Blanco, P., Ruiz-Jarabo, C., García de Vinuesa, L., & Martín-García, M. (2004). La violencia de pareja y la salud de las mujeres. Gaceta sanitaria, 18, 182-188.


(3) De los Ángeles, M., Arrigoni, F. & Diaz, A. (2021). Violencia Psicológica en la relación de noviazgo en estudiantes universitarios que inician la carrera de Psicología. Un estudio cualitativo. Revista de Psicología, 17(33), 36-60.


(4) Instituto Nacional de la Juventud. (2020). Hablemos de Todo: Documento Técnico Violencia en la Pareja. Santiago: Ministerio de Desarrollo Social y Familia.


(5) Madariaga, V. (2018). Erradicación de la violencia contra la mujer. Santiago: Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.


(6) Momeñe, J., Estevez, A., Perez-Garcia, A., Olave, L. & Iruarrizaga, I. (2021). Estilos de afrontamiento, esquemas disfuncionales y síntomas psicopatológicos relacionados con la dependencia emocional hacia la pareja agresora. Behavioral Psychology/Psicologia Conductual, 29(1).


(7) Salvazán, L., Alminán, Y. & Durán, Y. (2014). La violencia psicológica en las relaciones de pareja. Una problemática actual. Revista Información Científica, 88(6), 1145-1154.











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