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Trastorno Bipolar: la importancia de reconocerlo a tiempo. Parte 2.

El presente artículo se vincula con la información desarrollada en la publicación: https://www.verdan.cl/post/trastorno-bipolar-la-importancia-de-reconocerlo-a-tiempo-parte-1, complementando un material psicoeducativo para pacientes y familiares que esperamos sea de utilidad.


Evolución del Trastorno Bipolar (TB) y complicaciones más frecuentes

La evolución del TB típicamente se caracteriza por la aparición de episodios maníacos, hipomaníacos, mixtos y/o depresivos a lo largo del ciclo vital. En este sentido, corresponde a una condición de salud mental crónica. Sin embargo, la afectación en la calidad de vida de la persona que vive con TB está estrechamente relacionada con la adherencia del paciente a sus tratamientos, tanto farmacológico como psicosocial. En efecto, la mayoría de las personas con TB pueden llevar una vida saludable, funcional y productiva cuando realizan un tratamiento adecuado.


Dentro de las complicaciones clínicas más frecuentes durante la evolución del TB encontramos:

  • Consumo problemático de alcohol y drogas. Se ha observado niveles significativos de co-ocurrencia entre TB y consumo problemático de sustancias. Algunas explicaciones posibles son la búsqueda de sensaciones placenteras en fases maníacas o hipomaniacas o “automedicación” durante crisis depresivas, lo cierto, es que la conducta de consumo problemático aumenta la frecuencia y gravedad de los episodios y favorece la aparición de síntomas psicóticos, además de un gran número de problemas biopsicosociales asociados al consumo.

  • Desconocimiento sobre la enfermedad. Ya sea por parte del propio paciente como de sus familiares, desconocer algunas conductas y síntomas característicos del TB puede generar grandes dificultades en el desarrollo del tratamiento o en las relaciones sociofamiliares. Por ejemplo la irritabilidad, gastos excesivos o aumento no habitual de la actividad sexual, síntomas frecuentes en fases maníacas o hipomaniacas, pueden generar gran confusión, enfado y crisis interpersonales en el entorno cercano al paciente.

  • Problemas en el ámbito laboral: los cambios alternantes del estado de ánimo pueden interferir de manera importante en el desempeño laboral del paciente. La euforia, embarcarse en proyectos sin medir consecuencias, gastos excesivos, o por otra parte, disminución de energía, ausentismo laboral, desconcentración e insomnio, pueden ocasionar muchas dificultades para responder adecuadamente al ritmo de trabajo requerido. Si lo anterior se suma a un empleador que carece de información sobre esta patología, es posible observar con frecuencia despidos, discriminación o limitaciones de desarrollo profesional a las personas que viven con TB.

  • Riesgo suicida. La literatura confirma ampliamente que las personas que TB tienen más riesgo de cometer suicidio que la población general. Esto por lo general durante el transcurso de un episodio depresivo o mixto o al inicio del ciclaje de un episodio depresivo a maníaco. Esto se explica ya que la persona posee pensamientos de pérdida de sentido vital, desesperanza y autocriticismo, a la vez que experimenta una energía corporal y desinhibición conductual anormal, lo que resulta muchas veces en una combinación mortal.


Tratamientos actuales

El eje central del tratamiento para el TB es el tratamiento farmacológico. De este depende la estabilidad anímica del paciente. Su objetivo es reducir la intensidad de los síntomas durante los episodios, acortar la duración de estos y aumentar el período de tiempo donde la persona permanece eutímica (sin síntomas). Hoy existen variadas combinaciones de medicamentos que los psiquiatras van testeando y ajustando con cada paciente, logrando la dosis apropiada, la cual puede ir siendo modificada durante el curso vital. Los medicamentos más frecuentes son los llamados estabilizadores de ánimo entre los que encontramos el carbonato de litio, el ácido valproico y la lamotrigina. Estos pueden ser combinados con antipsicóticos y/o antidepresivos según la reacción al tratamiento y la aparición de nuevos síntomas en cada caso. Es fundamental que cada paciente pueda cumplir con la indicación de su psiquiatra en todos sus términos (medicamento, dosis, horario, etc.) y no realizar modificaciones en el esquema entregado sin consultarlo previamente con su equipo de tratamiento.


Además, los pacientes deben tomar según cada caso dispositivos terapéuticos psicosociales, ya que hoy en día sabemos que no solo basta con el control de síntomas para mejorar la calidad de vida de una persona con TB, siendo también relevantes los siguientes objetivos: conocer en profundidad el funcionamiento del TB, tratar posibles comorbilidades (por ejemplo consumo problemático de sustancias), adquirir hábitos de vida más saludables y de autocuidado, así como facilitar y fortalecer el apoyo sociofamiliar y comunitario con que cuenta la persona. El objetivo del tratamiento es lograr que la persona pueda vivir la mayor cantidad del tiempo en eutimia y tener una vida lo más funcional y satisfactoria posible.


Dentro de los dispositivos terapéuticos psicosociales encontramos la Psicoterapia, la cual presenta características especializadas para pacientes con TB:

  • Está indicada para pacientes que se encuentran estabilizados anímicamente o atravesando episodios depresivos. Para las crisis maníacas, si existe un trabajo psicoterapéutico previo el paciente tendrá mejores recursos para regular su ánimo, sin embargo, es posible que se requiera una intervención en crisis a nivel hospitalario y la activación de su red de apoyo.

  • Sus principales objetivos son acompañar al paciente en la aceptación de la enfermedad, mejorar la adherencia a la medicación, desarrollar estrategias para prevenir recaídas, desarrollar habilidades para el manejo de crisis o conductas problemáticas y el uso del registro diario de ánimo, este último, permite tener una visión longitudinal de los episodios y la evolución de la enfermedad, pudiendo determinar factores desencadenantes en cada crisis, posibilitando aprender cómo se presenta el TB en cada caso.

  • Los enfoques que reúnen mayor evidencia científica en términos de resultados terapéuticos favorables son la Terapia cognitivo-conductual basada en mindfulness, Terapia interpersonal y de ritmo social y Terapia enfocada en la familia.


Rol de familiares y cercanos a la persona con TB



El rol de la familia y cercanos a la persona que vive con TB constituye un importante factor de protección en la evolución de la enfermedad. También es una pieza clave para el manejo de crisis, como episodios maníacos e intentos suicidas. Algunos de los aspectos que involucra la participación de familiares y cercanos son:




  • Ayude a la persona afectada a reconocer la aparición de síntomas con la mayor anticipación posible. Esto permitirá emprender oportunamente medidas de autocuidado o eventualmente acudir a tiempo a su profesional de salud.

  • Entregue información objetiva y clara a la persona con TB. Es fundamental para familiares y cercanos estar al tanto de las características del TB y saber qué esperar durante el desarrollo de la enfermedad. Esto no solo ayudará a la persona afectada sino que además entregará control y predictibilidad a los familiares, mejorando sus oportunidades de ayuda y evitando sobrecarga y estrés de cuidados.

  • Siempre valide la conducta, emoción y pensamiento de la persona que vive con TB. Con validar nos referimos a demostrar de forma activa que lo que vive su familiar/amigo/pareja, es relevante para usted. Muestre interés en sus vivencias, pregúntele cómo se ha sentido, entregue tiempo para escucharlo. Validar no es dar la razón al otro o llegar a pensar de la misma forma, es simplemente demostrar interés en su opinión, esté o no usted de acuerdo. Esto construye confianza, genera autoestima, disminuye la sensación de aislamiento y discriminación, las cuales son altamente reportadas por pacientes con TB.

  • Observe la conducta de la persona afectada. Esto especialmente ante sospecha o confirmación de estado mental de crisis o riesgo. Esto no tiene que ver con controlar a nuestro familiar, más bien es un acto de cuidado y acompañamiento, que en muchos casos resulta indispensable para la estrategia de intervención del equipo profesional.

  • Supervise la toma de medicación. Existen múltiples variables que dificultan la adecuada adherencia al tratamiento farmacológico por parte de la persona con TB. Esto puede ser variable incluso para una misma persona, siendo necesario la supervisión o administración directa de los medicamentos en fases de crisis, o incentivar y animar la toma de medicamentos durante fases de estabilidad. En cualquier caso, con estas acciones usted siempre estará velando por el bienestar y óptima recuperación de su familiar.

  • Asista a talleres de psicoeducación o grupos de apoyo para familiares de personas con TB. El conocimiento es el primer paso para lograr la aceptación del TB y así poder acompañar a su familiar sin caer en críticas injustas o sobreprotección patológica. Si usted se informa, sabrá mejor qué esperar o no de esta condición de salud mental, lo que facilita establecer límites más saludables en la relación con la persona con TB. Cuanto más sepa el paciente y su familia sobre el TB mejor será el pronóstico.


Bibliografía

  • Retamal, P. (2001). Enfermedad Bipolar: Guía para el paciente y la familia. Editorial Mediterráneo Ltda.

  • Colom, F. y Vieta, E. (2004). Manual de psicoeducación para el trastorno bipolar. Barcelona: Ars Médica.


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