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Terapias para el trastorno bipolar

El trastorno bipolar es un trastorno anímico que se caracteriza por cambios marcados en el estado de ánimo, los cuales, alternan entre períodos de sintomatología depresiva y períodos de sintomatología hipomaniaca o maníaca. Diversos factores de índole tanto biológica como psicosocial se encuentran implicados en los episodios afectivos del trastorno bipolar. En general, se pueden identificar 1) acontecimientos de vida estresantes, 2) alteración en los ritmos sociales y 3) dificultades en la adhesión a las indicaciones farmacológicas. Respecto a esto, una terapia específica y centrada en las necesidades de la persona que ha sido diagnosticada es esencial. En los últimos años, las intervenciones psicosociales específicas para el tratamiento del trastorno bipolar (más allá de un seguimiento regular y la atención de apoyo) ofrecen beneficios adicionales en estos tres aspectos no sólo para el paciente sino también para su entorno y profesionales de la salud en general.





A continuación, te presentamos y caracterizamos algunas terapias psicológicas basadas en la evidencia para el trastorno bipolar:


  • Terapia interpersonal: Trabaja en capacitar al paciente en la identificación de sus distintos estados emocionales, la posible relación con su contexto y actividades interpersonales. Se promueve un estilo de vida organizados, previniendo conflictos vinculares y promoviendo estilos de comunicación social funcionales, orden de los horarios de sueño y ritmos biológicos. Se ponen situaciones sociales en las que pueden emerger estresores proponiéndose identificar aquellos patrones de comunicación problemáticos proponiendo alternativas posibles. Esta intervención resultaría especialmente efectiva para aquellos pacientes que han sufrido recientemente un episodio agudo de la enfermedad

  • Terapia cognitivo-conductual: buscan modificar las distorsiones cognitivas sobre la enfermedad, monitorear las recaídas, la severidad, y el curso de los síntomas. Se comienza por la educación acerca del Trastorno bipolar, desde la relación estrés- enfermedad con el objetivo de lidiar con las barreras cognitivas y comportamentales en la adherencia al tratamiento y modificar las creencias desadaptativas, desarrollo de habilidades, establecimiento de rutinas e identificación de gatillantes.

  • Terapia familiar: Uno de los modelos de terapia familiar validados empíricamente es el de la terapia focalizada en la familia propuesto por Miklowitz y su equipo. El foco de las intervenciones consiste en mejorar el funcionamiento familiar mediante la psicoeducación del paciente y sus vínculos respecto a la naturaleza de los síntomas, el curso y tratamiento de la enfermedad. Se busca que tanto el paciente como sus allegados desarrollen habilidades y adquieran los conocimientos adecuados para un buen manejo del trastorno. Adicionalmente, se ayuda a los miembros de la familia a adquirir recursos en comunicación y resolución de problemas buscándose prevenir o disminuir posibles conflictos.

  • Psicoeducación: Es uno de los pilares de la terapia para Trastorno Bipolar. Se parte desde capacitar al paciente en las características de la enfermedad y su manejo, promoviendo un rol activo en el tratamiento y en la toma de decisiones informadas. Las intervenciones psicoeducativas persiguen la construcción de una adecuada alianza terapéutica centrada en la colaboración, la información y la confianza.

  • Modelos de cuidado sistemático: Basados en los modelos de tratamiento utilizados para el abordaje de las enfermedades crónicas, las intervenciones de este programa fomentan por medio de la psicoeducación, un rol activo del paciente en su tratamiento. Se busca además que éste tenga fácil acceso a los servicios médicos, a las enfermeras en particular y a los profesionales de la salud en general, de modo tal de encontrarse contenido y en constante comunicación con el equipo de profesionales.

  • Terapia interpersonal y de ritmos sociales: Se enfoca en realizar una psicoeducación sobre el Trastorno bipolar, estableciendo un manejo de síntomas afectivos a través de la adherencia a la medicación y ritmos sociales estables (regulación del sueño, alimentación, actividad), resolución de problemas interpersonales (duelos sin resolver, transiciones en los roles interpersonales, disputas en los roles interpersonales, déficits interpersonales y duelos por la pérdida de un yo saludable), remediación funcional, educación en los déficit neurocognitivos de atención, entrenamiento en memoria, entrenamiento en funciones ejecutivas, entrenamiento en comunicación, autonomía y manejo del estrés.

  • Terapia cognitiva basada en Mindfulness: Se realiza una psicoeducación acerca del trastorno bipolar y se trabaja en la prevención de las recaídas anímicas. En general, supone una combinación de la terapia cognitiva y un entrenamiento en meditación mindfulness para incrementar consciencia de los patrones de pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales. Desarrollo de una forma diferente (no juiciosa- crítica) relativa a pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales. Capacidad para elegir la respuesta más hábil a pensamientos, sentimientos o situaciones.

Las distintas terapias presentadas suponen la evaluación de un profesional respecto a la presentación de la sintomatología, la dinámica familiar y las redes de apoyo del paciente, siendo importante el considerar la etapa de la enfermedad, es decir, si se ha presentado la sintomatología de forma reciente o ha sido sostenida en el tiempo, ya que, por ejemplo, en las primeras etapas la regulación de los ritmos sociales y la psicoeducación serán esenciales, de la misma forma se propone que si se está en etapas tardías los tratamientos deben enfocarse más en la rehabilitación y las discapacidades que pudieran generarse en relación a la enfermedad (por ejemplo, deficits cognitivos).



Referencias


Lolich et al (2012). Intervenciones psicosociales en el trastorno bipolar: Una revisión., Actas Esp Psiquiatr 2012; 40(2): 84-92


Reinares, M., Sánchez- Moreno, J. & Konstantinos, F. (2014). Psychosocial interventions in bipolar disorder: What, for whom, and when. Journal of Affective Disorders 156 (2014) 46–55.


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