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¿Qué es un trastorno de la personalidad?



La personalidad es un conjunto de rasgos que configuran la forma de ser de una persona y la diferencian de los demás. Si evaluamos la personalidad en un continuo entre saludable y un trastorno en la personalidad, tenemos que una personalidad saludable supone relaciones satisfactorias, emociones y pensamientos acordes a la edad, así como un funcionamiento relativamente flexible cuando se está estresado por eventos externos o conflictos internos, manteniendo un sentido de personalidad relativamente coherente, una expresión de impulsos de manera apropiada a la situación y valores morales internalizados (McWilliams, 2011).



¿Qué es un trastorno de la personalidad?, según el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5 se tiene que es “un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o perjuicios para el sujeto”, ahora ¿qué significa esto?, por un lado, significa que hay una forma de establecer vínculos, pensarse a sí mismo y a los otros que tiende a ser rígida y que no flexibiliza según el contexto, la persona con la cual se está relacionado o la etapa de vida que se está viviendo, lo cual, genera que la persona tenga dificultades en adaptarse y esta rigidez, genera en la persona misma o en otros un grado significativo de angustia, en un funcionamiento que es de larga duración y no puede imaginar ser distinto.


¿Qué pasa cuando hay un trastorno de la personalidad?, se tienen dificultades en resolver tareas cotidianas, tener una representación coherente del sí mismo y hay una disfunción interpersonal crónica (Livesley, 2007). Específicamente se tienen varias áreas del desarrollo de la personalidad comprometidas, en este sentido existen:

· Bajos niveles de autodirección, por ejemplo, hay dificultades en dirigirse hacia metas o tener un proyecto de vida

· Dificultades en la regulación de las propias emociones, frente a esto surgen, por ejemplo, episodios de ira intensa, aislamiento o una tristeza profunda que no se corresponden con las situaciones de vida

· Se tienen dificultades para tener relaciones interpersonales cooperativas y profundas, frente a las cuales se pueda sentir que hay intimidad o empatía

· Problemas respecto a la identidad, teniéndose una percepción difusa de quién uno es o un sentido alterado del sí mismo, frente a esto se tiene por ejemplo, nociones respecto sólo a los aspectos negativos de quién se es o sólo a los aspectos positivos, puede existir una sensación de mimetización con la pareja o el grupo social de pertenencia.


¿Cuáles con las causas de un trastorno de la personalidad?, la evidencia muestra modelos de múltiples factores entre la genética y factores ambientales, por ejemplo, se puede partir desde una predisposición temperamental al predominio de afectos negativos (tales como impulsividad, ansiedad, irritabilidad, tristeza), al desarrollo de vínculos desorganizados o inestables a lo largo de la vida, exposición a un trauma físico o sexual, abandono o caos familiar crónico (Kernberg, 2012). Estas situaciones pueden influir en que la persona no desarrolle un sentido estable e integrado respecto a quién es, cómo son sus vínculos o a la modulación de sus estados emocionales, pues, por ejemplo, las condiciones ambientales no han generados los cuidados para que se desarrolle con seguridad y tenga un sentido de sí mismo positivo, generando relaciones de confianza con los otros, en este sentido, se tiene que si bien la persona desarrolla estrategias de sobrevivencia para enfrentar estas situaciones adversas, estas estrategias son rígidas y en otros contextos ya no son funcionales, por lo que, le generan sufrimiento a sí mismo y a los otros. Es en este contexto que la psicoterapia ayuda a generar herramientas nuevas, integrar los distintos aspectos de la personalidad, poder pensarse a sí mismo y a los otros con mayor flexibilidad, así como a modular las propias emociones.






Referencias:

Livesley, J. (2007). A framework for integrating dimensional and categorical classifications of personality disorder. Journal of Personality Disorders, 21(2), 199–224, 2007 The Guilford Press

McWilliams, N. (2011). Psychoanalytic diagnosis: Understanding personality structure in the clinical process (2nd edition). Guilford Press. Capítulo 5 y Capítulo 6.

Kernberg, O. (2012) Identidad: Hallazgos recientes e implicaciones clínicas. Psicopatología y Salud Mental del Niño del Adolescente. 16, 13-28

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