Al igual que muchos países alrededor del mundo, Chile muestra en los últimos años una tasa bastante acelerada de envejecimiento poblacional. De acuerdo con la última Encuesta de Caracterización Socioeconómica (CASEN 2017) en Chile viven más de 3 millones de personas mayores.
Este panorama mundial ha generado importantes cambios de paradigma en variadas disciplinas dedicadas al estudio del envejecimiento y la vejez, incluyendo aquellas vinculadas a la salud mental.
En este aspecto, hasta finales de los años 90’s, predomina un enfoque biomédico, focalizado en las patologías y déficits característicos del envejecimiento. Desde una mirada asistencial, se buscaba diagnosticar patologías e indicar las principales medidas para la mantención y estabilización del sujeto envejecido, principalmente desde sus necesidades biológicas.
La psicogerontología emerge como una contrapropuesta necesaria a las limitaciones detectadas en el modelo biomédico-asistencial, situándose desde el paradigma de la complejidad humana y el desarrollo del ciclo vital, vinculando las necesidades y recursos, las vulnerabilidades y capacidad de resiliencia, que presentan las personas mayores y que son producto de una larga y compleja trayectoria vital (Zarebski, 2016).
Así, la psicogerontología se define como la disciplina que estudia los procesos que ocurren a lo largo de la vida, la estabilidad y los cambios que se dan a nivel motor, cognitivo y emocional en una persona. Su campo de estudio e intervención se enfoca en el proceso de envejecimiento, cuyo transcurso es el propio ciclo vital (desde el primer momento que es concebida una vida humana, esta comienza a envejecer…) y las vejeces, en plural, ya que esta sería una etapa que solo tendría en común el consenso social de inicio (60+ años) pero que adquiere características únicas e irrepetibles a cada vida humana (Pérez y cols. 2014).
La psicogerontología considera en su comprensión de la persona mayor a su contexto familiar, comunitario y social. Atrás quedan los enfoques individualistas que plantean que toda la responsabilidad de un buen o mal envejecer recaen en la persona, ya que muchos factores de envejecimiento descansan en la responsabilidad que familia y comunidad tienen respecto a sus miembros más envejecidos.
Además, la psicogerontología tiene abordaje interdisciplinario. Esto le permite nutrirse del conocimiento generado por distintas profesiones y especialidades. Incluso dentro del campo psicológico se nutre de distintas aproximaciones teóricas y técnicas (psicoanálisis, cognitivo-conductual, sistémica, humanista, etc.)
Dentro de los principales objetivos de la psicogerontología se encuentran:
Contribuir al bienestar y la salud integral de la persona mayor y su entorno.
Ayudar a la pesquisa oportuna de síndromes geriátricos y la respectiva intervención o derivación (cuando corresponde).
Promover la participación social y el involucramiento activo de la persona mayor en la vida familiar, comunitaria y pública.
Respetar y promover los derechos humanos de las personas mayores
Visibilizar y problematizar toda forma de maltrato y discriminación por edad hacia las personas mayores
Aplicaciones y servicios
La psicogerontología ha dado espacio a la generación de variadas y enriquecedoras formas de intervención y apoyo a personas mayores, las cuales se definen en función de las expectativas y características de cada persona mayor y su entorno consultante. En el Centro Psicológico Verdán contamos con las siguientes prestaciones psicogerontológicas:
Evaluación psicogerontológica
Busca conocer las preocupaciones y malestares de la persona mayor y/o sus familiares, así como diagnosticar de forma comprensiva y con base en evidencia científica, su estado de salud mental actual. El diagnóstico se entrega con el acompañamiento pertinente y con miras a un plan de intervención oportuno y eficaz.
Psicoterapia para personas mayores
Sesiones semanales inscritas en un plan de tratamiento con enfoque centrado en la persona mayor consultante y/o familiares, acorde a sus necesidades y expectativas personalizadas. Se profundiza en historia de vida y proyecto vital. Con este tratamiento es posible lograr cambios positivos en trastornos del ánimo, ansiedad, estructura de personalidad, dinámicas relacionales, entre otras áreas. El profesional podría evaluar la necesidad de complementar el tratamiento con farmacoterapia mediante la respectiva interconsulta de especialidad.
Consulta psicogerontológica
Sesiones esporádicas de frecuencia acordada, donde se entrega acompañamiento a la persona mayor y/o familiares en temáticas específicas que son motivo de su consulta. Puede incluir psicoeducación, entrenamiento en habilidades, mediación de conflictos familiares, etc.
Bibliografía
Ministerio de Desarrollo Social (2017). Encuesta de Caracterización Socioeconómica CASEN. Gobierno de Chile.
Pérez, L., Oropeza, R., López, J., y Colunga, C. (2014). Psicogerontología y trabajo anticipado del envejecer. Revista Iberoamericana de Ciencias, 1(2).
Zarebski, G. (2016). El paradigma de la complejidad en el curso de la vida y el envejecimiento. Congreso Mundial por el Pensamiento Complejo, Los desafíos en un mundo globalizado.
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