La Resiliencia en Niños y Adolescentes: Una herramienta necesaria
- Fernanda Negrete
- hace 12 minutos
- 2 Min. de lectura

La vida presenta desafíos constantes, incluso desde edades tempranas. Frente a estas situaciones adversas, la resiliencia se convierte en una herramienta clave para el bienestar emocional de los niños y adolescentes.
Esta capacidad no es innata, sino un proceso dinámico que se desarrolla con el tiempo, a través de las experiencias, los vínculos afectivos y los entornos en los que crecen. La resiliencia permite superar las dificultades, reconstruirse emocionalmente y encontrar nuevas formas de adaptarse y crecer.
Un escudo emocional durante el desarrollo
La infancia y la adolescencia son etapas fundamentales en la formación de la personalidad. Durante estos periodos, los jóvenes pueden enfrentarse a conflictos familiares, problemas escolares, situaciones de exclusión social o incluso eventos traumáticos. En este contexto, la resiliencia actúa como un factor protector, ayudándoles no solo a resistir el impacto emocional, sino también a desarrollarse con fortaleza y esperanza.
Estrategias para afrontar la adversidad en niños/as y adolescentes
Numerosos estudios han identificado estrategias comunes en niños y adolescentes resilientes. Estas les permiten gestionar el estrés y adaptarse mejor a las dificultades:
Búsqueda de apoyo social: establecer vínculos sólidos con familiares, profesores/as, amigos u otros adultos significativos.
Resolución de problemas: enfrentar las dificultades con pensamiento lógico y creatividad.
Reestructuración cognitiva: reinterpretar los eventos negativos desde una perspectiva más positiva y realista.
Regulación emocional: reconocer, comprender y expresar adecuadamente las emociones intensas.
El rol del entorno en la resiliencia
El psiquiatra Boris Cyrulnik, referente en el estudio de la resiliencia, afirma que no es el golpe lo que más daña, sino la falta de apoyo afectivo. Un entorno seguro, con adultos empáticos y espacios para la expresión emocional, es fundamental para que los niños puedan transformar el sufrimiento en aprendizaje.
Además, la narrativa personal cumple un rol esencial: cuando un niño es capaz de contar su historia desde un lugar de superación y no de victimización, recupera el control sobre su vida y fortalece su identidad.
La resiliencia no se enseña con teoría, sino que se construye a diario, en cada interacción significativa. Desde el hogar, los establecimientos educacionales o los servicios de salud mental, todos tenemos la oportunidad de fomentar esta capacidad vital. Sembrar esperanza, fortalecer vínculos y ofrecer herramientas emocionales son acciones que pueden marcar la diferencia en la vida de un niño.
Al final, lo que más importa no es lo que un niño/a y adolescente ha vivido, sino con qué recursos cuenta para reconstruir su mundo.
Cyrulnik, B., & Anaut, M. (Eds.). (2016). ¿ Por qué la resiliencia?: lo que nos permite reanudar la vida. Gedisa editorial. Richards, M. (2022). Optimismo y Resiliencia en Adolescentes. Revista Científica Arbitrada de la Fundación MenteClara, Vol. 7 (259). DOI: https://doi.org/10.32351/rca.v7.259
Comments