El envejecimiento es una etapa de la vida que puede ser enfrentada de manera positiva y enriquecedora. Adaptarse a los cambios físicos, emocionales y sociales que conlleva el paso del tiempo (muchos de ellos, inevitables) es fundamental para mantener una vida plena y saludable. En este artículo, exploramos diversas estrategias y actitudes que facilitan una adaptación exitosa al envejecimiento, las cuales han sido identificadas por Zarebski y Marconi (2013) como Factores Psíquicos Protectores en el Envejecimiento. Descubre cómo estas claves pueden ayudarte a enfrentar el envejecimiento con resiliencia y optimismo, aprovechando cada momento al máximo:
Flexibilidad y Disposición al Cambio
La flexibilidad es crucial para aceptar los cambios que vienen con la edad. La capacidad de abrirse a nuevas experiencias, aprender y generar nuevos proyectos permite reajustar metas y mantener una actitud positiva. La sabiduría, basada en la experiencia y la capacidad de relativizar hechos y acontecimientos, es un atributo valioso en este proceso.
Autocuestionamiento
El autocuestionamiento es esencial para replantear nuestras actitudes y rasgos personales. Enfrentar nuestras fallas y carencias nos ayuda a superar posiciones de autosuficiencia o impotencia, permitiéndonos abrirnos a nuevas facetas de nosotros mismos. Este proceso incluye la aceptación de cambios en nuestra imagen y la reevaluación de los cánones de belleza.
Autoindagación y Reflexión
Tomarse el tiempo para reflexionar sobre nuestra vida, logros y fracasos es vital. Este ejercicio de balance nos ayuda a reevaluar nuestras capacidades y enfrentar crisis existenciales futuras. La reflexión y el encuentro con uno mismo nos permiten reordenar nuestra identidad y enfrentar el envejecimiento con una perspectiva saludable.
Riqueza Psíquica y Creatividad
La creatividad y la riqueza psíquica son fundamentales para enfrentar los desafíos del envejecimiento. La capacidad de imaginar, jugar y conectarse con los propios sueños fomenta una mente abierta y receptiva. Además, el buen humor y la espiritualidad contribuyen a la resiliencia, permitiendo enfrentar la vida con una actitud positiva.
Compensación de Pérdidas con Ganancias
El envejecimiento conlleva pérdidas inevitables, pero es posible compensarlas mediante nuevas adquisiciones y formas de valorar lo perdido. Mantener una autoestima basada en logros presentes y proyectos futuros es crucial. Evitar aferrarse al pasado y valorar los recuerdos como bienes a transmitir nos ayuda a conservar la autoestima y seguir adelante.
Autocuidado y Autonomía
El autocuidado es esencial para mantener la salud física y emocional durante el envejecimiento. Aprender a escuchar las señales del cuerpo y ajustar nuestro ritmo es fundamental. Mantenerse activo físicamente y reflexionar sobre el sentido de la vida contribuye a la conservación de la autonomía, incluso ante enfermedades o discapacidades.
Anticipación de la Vejez y la Finitud
Aceptar y reflexionar sobre el envejecimiento y la muerte desde una etapa temprana nos prepara mejor para enfrentar estas realidades. Incorporar el sentido de trascendencia y vivir hasta la muerte, en lugar de hacia la muerte, nos permite aprovechar plenamente cada momento.
Vínculos Intergeneracionales
Mantener y valorar los vínculos intergeneracionales es crucial para la continuidad cultural y social. Actuar como mentores y guías para las generaciones más jóvenes nos ayuda a construir un legado significativo. Reconocer las diferencias entre generaciones y evitar repetir historias ajenas nos permite abrirnos a la construcción de nuestro propio camino.
Diversificación de Vínculos e Intereses
La implicación social y la diversificación de vínculos e intereses son esenciales para una vida plena en la vejez. Mantener redes de apoyo, participar en actividades de voluntariado y seguir aprendiendo y trabajando, incluso después de la jubilación, mejora nuestra salud física y mental. La interacción social y el aprendizaje continuo estimulan la plasticidad neuronal, manteniendo el cerebro en un estado dinámico y saludable.
Ahora que ya conoces los principales factores psicológicos protectores y favorecedores de un envejecimiento saludable y satisfactorio, te invitamos a auto-observarte en cada una de estas dimensiones y te animamos a trabajar en tí mismo/a para el desarrollo de estas capacidades a lo largo de la vida. También, te agradeceremos compartir con otros esta información si te resultó de utilidad.
Recuerda que en Centro Psicológico Verdán contamos con profesionales altamente capacitados para ayudarte a identificar y trabajar estos vitales factores protectores psicológicos:
Referencia:
Zarebski, G. y Marconi, A. (2013). Inventario de Factores Psíquicos Protectores en el Envejecimiento (FAPPREN). Manual de Aplicación, Evaluación e Interpretación. Capítulo: “Factores psíquicos protectores para el envejecimiento”. Disponible en psicogerontologia.maimonides.edu
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