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5 claves para acompañar a niñ@s y adolescentes en duelo


Probablemente hablar de la muerte no sea algo deseado para nadie y mas bien sea algo que constantemente evitemos, en especial cuando es un tema que nos toca de manera personal. No obstante, en nuestra calidad de adultos y, especialmente, de madres y padres, deseamos proteger a nuestros hij@s de cualquier experiencia dolorosa, siendo la muerte de un ser querido la más compleja de todas.

Actualmente, y a causa de la pandemia, un grupo de investigadores de la Universidad de California, identificaron a través de un sistema “multiplicador de duelo” que, en promedio, por cada muerte por COVID-19 existen aproximadamente 9 personas en duelo que han perdido a un abuel@, herman@, hij@ u otro familiar cercano.

Mirando la realidad de nuestro país entonces podríamos estimar que cerca de 135.000 personas estarían transitando por un duelo; entre ellos much@s niñ@s y adolescentes.


Los niñ@s no se están preparando para la vida, sino que ya la están experimentando; como la muerte forma parte de la vida, es inevitable que se topen con ella. Ser capaz de comprender la muerte, de atraversar el duelo de una manera sana, y seguir viviendo con eficacia, es esencial para el bienestar de niños y niñas. Poder llorar la muerte de un ser querido adecuadamente y afrontar la pérdida hace que el/la niñ@ crezca sin sentirse culpable, deprimido, enojado o asustado. Cuando ayudamos a nuestr@s hij@s a curarse del dolor que produce la herida emocional más profunda de todas, lo estamos dotando de una perspectiva comprensiva y de capacidades que le serán útiles para el resto de la vida.


La mejor forma de ayudar a un niño en duelo es ofrecer, en primer lugar, contención y acompañamiento a las personas responsables del menor, porque ellas son en realidad quienes posteriormente van a contener y acompañar al niñ@ en su dolor. Si esto no ocurre, los adultos podrían no ser capaces de brindar estos espacios de apoyo, dejando a l@s niñ@s en una situación de vulnerabilidad.


Como adultos afectados por la muerte de un ser querido, pero a la vez responsables de otros parientes a nuestro cargo -como son l@s hij@s-, es necesario buscar espacios y asideros que nos ayuden a atravesar el dolor y a resolver todas aquellas dudas, inquietudes, temores y malestares que nos sobrevengan, en especial para que éstas no terminen siendo reprimidas o expresadas de manera brusca y afectando de manera negativa a nuestr@s hij@s. Para poder ayudar y cuidar adecuadamente de otras personas, debemos aprender a cuidarnos y ayudarnos a nosotros mismos.


En relación a l@s niñ@s y adolescentes, les entregamos algunas consideraciones generales y claves que permitirán acompañarlos adecuadamente en su duelo.


1. Ofrecer compañía y protección familiar


L@s niñ@s viven y sienten la muerte de un ser querido, en mayor o menor intensidad, como una forma de abandono, de ahí que sea absolutamente necesario acompañarles e incluirles en los rituales y reuniones familiares que tengan lugar. Otorgarles compañía y vínculos de afecto y abrigo coloca a l@s niñ@s en una situación de protección y amor que les ayuda a combatir sus estados de aflicción. Puede incluso ser recomendable que algún otr@ niñ@ (familiar o compañer@) le acompañe en algunos momentos de la semana, a modo de mantenerse conectado con su mundo de infantil.


2. Restablecer cuanto antes su vida cotidiana


Si se descuidan de manera considerable los horarios, comidas, colegio y los cuidados que diariamente les otorgan los adultos, esto podría generar nuevos duelos o pérdidas de tipo secundario, generándole un mayor estado de inseguridad e incertidumbre. Es necesario restaurar lo antes posible su vida externa para favorecer el restablecimiento de su vida interna, ahora en situación de duelo.

Es común que los primeros días después de la pérdida de un familiar l@s niñ@s manifiesten dificultades para comer, irse a dormir, estudiar o jugar, y que sea necesario ayudarles en estas tareas cotidianas. Lo importante es estar atentos a que, poco a poco, estas rutinas puedan ir restableciéndose con el fin de seguir favoreciendo su correcto desarrollo evolutivo.


3. Favorecer que l@s niñ@s puedan hablar y expresar lo que piensan, dudan y sienten sobre lo sucedido


En l@s niñ@s, el silencio puede instalarse desde el comienzo del duelo, siendo necesario que sean sus parientes más cercanos quienes propicien un ambiente receptivo y abierto que favorezca la comunicación. Si sus seres cercanos hablan y recuerdan a la persona fallecida, si nos mostramos afectuosos y podemos expresar nuestros sentimientos, es más fácil que l@s niñ@s puedan encontrar sus propios caminos de expresión y les resulte menos complicado hablar de lo sucedido.


4. Conocer aquellas claves necesarias para explicar la muerte de un ser querido


Al momento de hablar y apoyar a niñ@s y adolescentes es importante considerar las siguientes ideas clave:


1. Decirle siempre la verdad en función de su momento emocional y cognitivo, así como dialogar con él para ir aclarando sus dudas y fantasías.

2. Explicarle la muerte en términos reales, atendiendo fundamentalmente a lo que la muerte tiene de irreversible, definitiva y final de las funciones vitales. Podemos apoyarnos en ejemplos de la naturaleza (la muerte de un pajarito, un ratón...).

3. Tratar de averiguar cómo se siente emocionalmente tras la muerte del ser querido y aclarar todas aquellas circunstancias que, como consecuencia de la pérdida sufrida, puedan inquietarle o preocuparle: si se siente culpable, si le angustia pensar que a otro ser querido le pueda pasar algo, o si le preocupa olvidar a la persona fallecida.


5. Utilizar algunas herramientas útiles para ayudar a nuestr@s hij@s en la elaboración del duelo


Existen algunas herramientas usadas por los expertos en duelo que los familiares también pueden aplicar si la comunicación directa y espontánea no funciona o se vive con dificultad. Por ejemplo, en niñ@s más pequeños es común el uso del dibujo o el juego como medio de expresión y elaboración de sus emociones. En ambos casos es importante no alarmarse frente a la aparición de la temática de muerte (funerales, muertes de animales, etc.) sino más bien hacerse parte del juego (a través de los personajes aclarar ciertas creencias) o interesarse por los dibujos (hablar sobre su dibujo, que describa lo que sucede), cuidando siempre no interferir excesivamente y consultando a un profesional si nos resulta complejo o abrumador realizar este tipo de intervenciones.

En el caso de adolescentes, puede ser de utilidad recopilar fotos de la familia donde aparezca la persona fallecida, hacer un álbum de recuerdos, escribir una carta o comenzar un diario íntimo. Estos espacios pueden servirnos para elaborar el duelo y la despedida de manera compartida.


Siempre es importante hacerles saber, de manera respetuosa, a nuestr@s hij@s que estamos ahí para cuando lo necesiten y acercarnos con cariño, receptivos y también expresando lo que estamos viviendo.


* Mayor información en: “Explícame qué ha pasado: Guía para ayudar a los adultos a hablar de la muerte y el duelo con los niños” Fundación Mario Losantos del Campo, disponible en: http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/Explicame%20que%20ha%20pasado.%20Gu%C3%ADa%20para%20adultos%20para%20trabajar%20duelo%20en%20niños%20-%20FMLC.pdf




Bibliografía

- Kroen, W. (2002) “Cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida de un ser querido”

- Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS) (2020) Tracking the reach of COVID-19 kin loss with a bereavement multiplier applied to the United States, disponible en: https://www.pnas.org/content/117/30/17695

- Cifras oficiales COVID – 19 Gobierno de Chile, disponibles en: https://www.gob.cl/coronavirus/cifrasoficiales/


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