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11 Señales de que tu terapeuta no es el adecuado

Actualizado: 28 nov 2020



Escoger a un buen terapeuta puede parecer una actividad demandante, sobretodo cuando no se sabe qué buscar en un profesional. Generalmente, ya es difícil buscar ayuda psicológica en primer lugar, por lo que, sumar el escoger a "un buen psicólogo" lo hace parecer una tarea casi imposible.

Sin embargo, es vital proseguir con la búsqueda hasta encontrar a alguien con quien exista conexión y confianza, pero por sobretodo sentir que esta persona realmente puede ayudarnos. Comprender estas señales de que un terapeuta es adecuado o “bueno” es algo difícil de hacer, no obstante, comprender cuáles son las señales de que un terapeuta NO es adecuado, puede resultar más sencillo e igual de útil.

Es por esto que en este artículo hablaremos sobre las posibles señales que podrían significar que tu terapeuta NO es el adecuado.

1. Establece vínculos dobles

Uno de los primeros indicios de esto, es que tu terapeuta te pida cosas que no tienen que ver directamente con la terapia, por ejemplo: que lo ayudes en su tesis, con sus finanzas, o con algún problema personal de él o ella. Puede que haga esto inclusive a cambio de disminuir el arancel de las sesiones.

Todo esto no parece tan malo, pero eventualmente mantener este tipo de “vínculos dobles” puede llevar a situaciones complejas, por ejemplo: no le gustó lo que hiciste en la tesis, no le gustó como lo ayudaste con sus finanzas o puedes empezar a sentir que el trabajo no es equitativo, etc.

Esto termina dañando uno de los componentes más importantes de la terapia, el vínculo terapeuta-paciente.

2. Ignoran la confidencialidad o los protocolos de emergencia

Al momento de iniciar una terapia, es importante que el terapeuta recabe tus datos de contacto para poder comunicarse contigo o con alguien de confianza tuyo en caso de emergencia. En la misma línea, es importante que el terapeuta te explique sobre la confidencialidad terapéutica y sus limitaciones.

Tu terapeuta no puede entregar información privada tuya a terceros sin tu consentimiento previo. Las únicas instancias en las que puede hacerlo son si deseas atentar contra tu integridad física, la integridad física de terceros o si se lo pide una orden judicial.

La confidencialidad es tu derecho como paciente.

3.No se especializan en tu problema

Cada problema es único, por lo que, es difícil encontrar terapeutas que estén especializados en cada problema, sin embargo, hay ciertos trastornos que necesariamente deben ser vistos por un especialista en la materia o alguien con la suficiente experiencia.

Un ejemplo de esto, son los trastornos alimenticios, algunos trastornos obsesivo-compulsivos, trastornos de personalidad específicos, etc. Es importante preguntarle al terapeuta sobre su grado de expertise si se necesita atención en un área específica.

No solo la temática es importante, sino también la modalidad. Si un terapeuta no sabe de terapia de pareja, terapia familiar o terapia infanto-juvenil, es mejor que se lo deje a alguien que tenga especialización en el área.

Un buen terapeuta siempre debe conocer sus límites.

4. Sus recomendaciones van en contra de tus valores

Usualmente los terapeutas deben trabajar dentro de tu sistema de valores y no el de ellos. Esto es especialmente cierto cuando un terapeuta trabaja con miembros de comunidades específicas, tales como miembros de iglesias o movimientos políticos.

Un ejemplo de esto es un paciente vegetariano, cuyo terapeuta insiste que debe comer carne para sentirse bien o un paciente evangélico cuyo terapeuta insiste en que debe dejar de asistir a su iglesia para sentirse bien.

Tu terapeuta siempre debe respetar tus valores.

5. Esquivan tus preguntas

Los terapeutas no responden cada pregunta que los pacientes les hacen, esto se debe a que el foco del proceso debería estar puesto en ti y no en ellos. Sin embargo, hay ciertas preguntas razonables que un buen terapeuta si debería responder. Ejemplos de esto son: ¿Hace cuánto tiempo te dedicas a esto?, ¿Cómo crees que va el tratamiento?, ¿Tienes experiencia trabajando con esta patología?, etc.

6. Auto revelan demasiado

Que el terapeuta hable de sí mismo en terapia es un recurso que debería ser usado muy infrecuentemente y, si es utilizado, siempre debe estar en función del paciente y su proceso terapéutico.

Hay momentos en los cuales una auto-revelación puede tener un efecto terapéutico profundo, sin embargo, es importante que tu terapeuta sepa distinguirlo.

Las autorevelaciones siempre deben estar dirigidas a ayudarte.

7. Te sientes peor después de tus sesiones (Regularmente).

Es normal que en los procesos terapéuticos haya ocasiones en las cuales termine la sesión y te sientas comparativamente peor a cuando llegaste. Usualmente cuando se abren temas difíciles o se habla de asuntos con gran carga emocional, este tipo de situaciones pueden pasar.

Sin embargo, si constantemente te sientes mal después de las sesiones, quizás haya que buscar otro especialista.

8. Te sientes juzgado, avergonzado o emocionalmente inseguro.

En ocasiones, ciertas cosas que dicen los terapeutas pueden generar este tipo de sentimientos en los pacientes, sin que esa haya sido la intención del terapeuta. Sin embargo, si comienzas a sentir que prefieres no decir ciertas cosas por la reacción de tu terapeuta es probable que algo ande mal.

Un buen terapeuta debe propiciar que te sientas seguro en sesión

9. No es bueno escuchando

Usualmente los terapeutas no recuerdan cada pequeño detalle en los relatos, no obstante, si es necesario y esperable que recuerden los aspectos centrales del relato de sus pacientes.

Si sientes que todas tus sesiones te la pasas repitiendo una y otra vez los mismos datos, quizás es hora de cambiar de terapeuta.

10. Interrumpe la sesión

Si tu terapeuta se la pasa atendiendo llamados, leyendo su libreta de anotaciones o respondiendo a la puerta en vez de estar enfocado en ti, es una señal de que quizás el tratamiento no va por buen camino.

Todos los terapeutas pueden cometer errores o tienen situaciones en las cuales no les queda de otra que atender llamadas o abrir puertas, pero no puede ser una constante en el tratamiento.

11.Algo no se siente bien

Esta es quizás la señal más subjetiva, pero puede resultar ser una de las cosas más perjudiciales para un proceso terapéutico. Es normal sentir un poco de incomodidad al entrar a terapia, objetivamente, estás sentado frente a un extraño al que le comentas pensamientos y situaciones íntimas de tu cotidianidad e historia de vida. El problema surge cuando pasadas varias sesiones sigues sintiendo esta incomodidad y esto genera que no desees ir a terapia u “odies” la terapia.

Es importante que tu terapeuta pueda generar una atmósfera en la que te sientas bien.

Revisando estos 11 puntos, es importante señalar que hay situaciones en las que un terapeuta puede equivocarse, por lo que, este artículo no pretende estigmatizar a cada terapeuta que haya hecho alguna de estas cosas. Sin embargo, es importante considerar que hay mucho en juego cuando uno asiste a terapia y conformarse con una terapia a medias, nunca debería ser una opción.

Finalmente, te invitamos a venir a nuestro centro, en el cual, en la primera sesión de evaluación recabamos tus datos, tus especificaciones y te proponemos al terapeuta más adecuado para ti.

1. Tartakovsky, M. (2016). Therapists Spill: Red Flags A Clinician Isn’t Right For You. Psych Central. Retrieved on June 13, 2018, from https://psychcentral.com/lib/therapists-spill-red-flags-a-clinician-isnt-right-for-you/

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